Imadoki no Vampire


En caso de tener que convencer a un escéptico sobre los méritos y bondades de los date sims usando un único juego, estoy bastante convencido de que Imadoki no Vampire no sería mi primera opción. No, desde luego, porque se trate de un mal simulador de citas, de hecho, supone un ejemplo de riqueza de recursos que no apuesta todo a su guión y al storytelling, sino que se articula en torno a una buena variedad de mecánicas de juego que inyectan interactividad y algo de textura en un genero, quizás, demasiado relajado. En otro mundo, en otra realidad, podría haber funcionado como aterrizaje suave para aquellos a los que la mera idea de hincarle el diente a un juego con interminables cajas de texto, con más cosas que leer que cosas que hacer, se les hace bola. Pero recomendarlo hoy en día, no obstante, es un ejercicio arriesgado.

En Imadoki no Vampire interpretamos el rol de un adolescente lunar enviado a un instituto de la Tierra (La Tierra = Japón) por orden de su muy vampírico y muy aristocrático padre con el objetivo de “hacerse un hombre” AKA encontrar una esposa virgen. O, por emplear el término del juego, con “aura dorada”. Durante los tres años de educación intermedia, hasta media decena de posibles novias se cruzaran en nuestra historia como bustos parlantes, activando opciones de juego que van desde hacer llamadas telefónicas, rondar sus casas por la noche o enviarles espías demoniacos para tomarles fotografías mientras duermen. Actividades denominadas como “cortejo” tanto en el juego como en los seminarios de seducción científica y como delito de acoso dentro del Código Penal.

La continua sensación de incomodidad con la que se juega a Imadoki no Vampire contrasta, no obstante, con una serie de virtudes y aciertos formales que salpican la aventura. Para empezar, lo altos niveles de producción consiguen, claro, que el juego entre por los ojos incluso veinte años después de su lanzamiento. Sus gráficos anime son hermosos y a las secuencias FMV se las recibe con algarabía, lamentando que terminen tan pronto. Al mismo tiempo, su colisión de melodrama juvenil, comedia absurda (ese alumno que llega a la escuela a bordo de se avión Harrier), fantástico y, en sus último tercio, ficciones de conspiraciones palaciegas, funciona con cierta gracia en una historia trotona, sin apenas tiempos muertos.

Es posible que esta sensación de relato ágil nazca de cierta noción de la interactividad que maneja el juego, que permite que nuestras acciones no determinen únicamente qué final alcanzaremos (los múltiples finales, ese Santo Grial pocho de los videojuegos, heredado de los Elige Tu Propia Aventura y del que, tal vez, habría que recalibrar su importancia real), sino que nos otorga cierto margen para decidir los meandros por los que transitaremos hasta el final, si llegaremos a él habiéndonos comportado como un indigente emocional con los valores de un cubo de basura o si aprovecharemos las pequeñas rendijas que deja el juego para expresarnos como seres humanos más o menos funcionales dentro del mundo de Imadoki no Vampire.

En 2016, no obstante, frente a los gigatones de sexismo, todas estas virtudes parecen escasas para que el título de Astrovision pueda despertar interés fuera del círculo de los arqueólogos digitales con interés en la historia de un género, ya de por sí, muy de nicho.


IMADOKI NO VAMPIRE - BLOODY BRIDE
Año: 1996
Desarrollado por: Astrovision
Jugado en: Emulador de PlayStation con ISO hackeada en inglés.
Origen: Japón
Género: Date Sim / Vamp Sim

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