Hotline Miami


A la misma velocidad que Hotline Miami recogía premios, menciones y nominaciones en prácticamente cualquier entrega de galardones existente en el mundo de los videojuegos, la prensa especializada agotaba los elogios y superlativos hacia un título que apareció a mediados de octubre sin demasiado ruido pero que en apenas dos meses se ha convertido en uno de los juegos independientes más celebrados y comentados del año. Es sencillo entender su poder de seducción entre todo aquel que ha posado las manos en él. Hotline Miami entra por los ojos como un relámpago (rosa) con un apartado audiovisual arrebatador -instalado en ese fenómeno de reconstrucción en nuestro presente de unos años ochenta idealizados- que no evoca de manera directa los tiempos del cardado y de Tangerine Dream, sino que los asalta vía otros trabajos contemporáneos: Kavinsky, Lone Survivor, No More Heroes, Grand Theft Auto - Vice City o, sobre todo, Drive, film clave para entender nuestro ahora cultural y que los autores de este arcade de abrir cabezas con un bate de beisbol utilizan como un punto de partida consciente para crear una obra que, gracias a un enorme talento para el sampleo de referentes, supera su condición de mero juego-no-oficial y evita que el resultado parezca un copia y pega desalmado o un campo de minas sobrecargado de guiños irónicos sin fuste. Pero todo esto, aunque son elementos esenciales de la experiencia del juego, no es lo que convierte a Hotline Miami en un producto ineludible del ocio digital de este 2012, lo que justifica todos los elogios que se le están haciendo es la brillantez de sus mecánicas jugables, su capacidad de exprimir todo el potencial a una reglas simples que se incrustan firmemente en el cerebro para provocar inundaciones de dopamina.

Hotline Miami es el primer título de Dennaton Games, estudio sueco de nueva formación que, sin embargo, tiene a Jonatan ‘Cactus’ Södeström como diseñador principal (único si nos ponemos estrictos ya que su socio Dennis Wedin ejerce como artista principal), un creador inclasificable con un largo recorrido dentro de la escena independiente y con más de cuarenta títulos a sus espaldas, la mayoría de ellos “pequeños experimentos disfrazados de juego”, como él mismo afirma en su biografía, o propuestas jugables situadas en las antípodas de lo que podríamos considerar ‘convencional’ y que pondrían a prueba el umbral de resistencia de los jugadores más abiertos a las anomalías lúdicas. Hotline Miami, siendo todo lo felizmente marciano que es, se trata probablemente de su título más accesible, heredero de experimentos previos como Seizuredome o Stallions In America, este juego protagonizado por un clon de Ryan Gosling con PhD en montar breiviks en una lisérgica Miami entregada al crimen funciona con muchas de las lógicas propias del salón recreativo: inmediatez, velocidad, control milimétrico, reflejos de velociraptor, detección de rutas, exacto calculo de distancias entre personaje y enemigos, un toque una muerte,… a las que se le añaden elementos menos habituales dos décadas atrás como el sigilo, un botón para realizar ejecuciones o la posibilidad de utilizar escudos humanos. Este balance entre lo nuevo y lo viejo permiten experimentarlo al mismo tiempo como un juego retro -que no es, por mucho que sus gráficos 16bits puedan conducir a engaño- y como un simulador de asesinatos viscerales, catárticos y estremecedoramente bellos.

Hotline Miami es también un juego sobre furia animal, sobre venganzas, sobre vivir en apartamentos de mierda, sobre no controlar la deriva de tu vida y sobre caligarismo –tema que, sorprendentemente, se repite en no pocos juegos de este 2012-, un título con mecánicas sólidas como rocas pero que no desprecia la importancia del drama, de personajes diferenciados y de estructuras narrativas laberínticas e incoherentes  como los delirios/recuerdos febriles de un asesino que duerme su coma desde la Dimensión X (esos mapeados flotantes sobre vacíos arcoíris) de los que emanan ambientes enrarecidos que provocarían que el Lynch de Inland Empire o el Adrian Lyne de La Escalera de Jacob volviesen la cabeza con interés. Esta atmósfera torcida y espesa como la sangre pixelada unida a un excelente conjunto de reglas de juego que operan a niveles casi subconscientes y a la más pura dinamita sensorial dan como resultado una obra compleja, excitante y nacida para ser rejugada durante años. Y eso no es algo que veamos todos los días.

[Texto publicado originalmente en Mondo Píxel].


HOTLINE MIAMI
Año: 2012
Desarrollado por: Primer juego de Dennaton Games. Estudio de Jonatan Södestrom y Dennis Wedin.
Jugado en: PC y PlayStation 4
Origen: Dinamarca
Género: Arcade / Ichi the Killer / Simulador hiperrealista de volver a tu coche atravesando silenciosas habitaciones repletas de cuerpos mutilados.

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